Son muchas las recomendaciones que hemos visto sobre los aparatos electrónicos que más dinero nos cuesta utilizar. Por todos es sabido que hay que vigilar el uso de los electrodomésticos que más consumen, como la lavadora, el horno o la secadora. Pero, ¿cuáles son los electrodomésticos que menos consumen?

Siempre está la premisa de que el gasto en luz dependerá mucho de unos buenos hábitos de consumo de electricidad, de que hay electrodomésticos que no podemos evitar usarlos y de que el mismo producto puede variar mucho en función de su certificación energética. Siempre hay que aproximarse lo máximo posible a la etiqueta A, y también saber que, por norma general, los aparatos nuevos consumen menos que los viejos.

No obstante, existen electrodomésticos con los que podemos estar algo más tranquilos, al menos con un uso no demasiado prolongado. En todo caso será importante tener contratada la tarifa de luz adecuada.

¿Cómo elegir electrodomésticos que gasten poco?

Para saber lo que gasta cualquier producto debemos fijarnos en su etiqueta energética. Ésta nos dirá lo que supone enchufarlos. No obstante, y mirando más allá del gasto inmediato, será clave fijarnos en la certificación energética de la Unión Europea.

Es muy importante tener presente la diferencia entre el gasto energético y la eficiencia energética. Un dispositivo puede gastar mucha energía y, sin embargo, aprovecharla mejor y hacer que su utilidad en el tiempo vaya mucho más allá del momento en el que se está alimentando. Pero ahora no estamos hablando sólo de eso, sino de los aparatos eléctricos que menos consumen. Sin perder de vista la comparación con los que realizan la misma función.

Bombillas LED

Más allá de aprovechar la luz natural el mayor tiempo posible, hay horas en las que necesitamos de bombillas para ver. Para ello escogeremos las bombillas LED que consumen, por ejemplo, una quinta parte de lo que lo hacen las bombillas incandescentes.

Placas de inducción

El sistema de inducción funciona por imanes, por lo que el calor generado va directamente hacia el utensilio con el que vamos a cocinar. Se caliente únicamente la circunferencia de éste y no hay desaprovechamiento energético. Eso nos permite trabajar a menor intensidad eléctrica que con los la clásica vitrocerámica, donde en muchas ocasiones la superficie que se caliente es mayor a la que queremos calentar.

Microondas

También, porque limita mucho el desaprovechamiento de la energía, encontramos el microondas. Puede que no sea la mejor opción para preparar comidas deliciosas pero, si queremos cocinar a bajo coste, tratemos de dejar la placa y el horno de lado para utilizar el microondas. O, al menos hagámoslo para calentar la leche o descongelar alimentos. Acciones que no van a influir demasiado en el sabor de los productos.

Televisiones LED

El consumo de información y de entretenimiento no tiene que estar relacionado con un coste elevado. La antiguamente llamada “caja tonta” no tiene por qué ser un elemento de lujo. Al menos en las televisiones con tecnología LED. No obstante prácticamente hay un consumo diferente por cada modelo del mercado y una pantalla grande favorecerá un exceso en el consumo energético.

Es importante recordar el cuidado con la luz de standby de la televisión. Como decimos, la televisión puede ser un aparato electrónico que no gasta demasiado, pero hay que tratar de evitar cualquier consumo innecesario. Se trata de cuidar el medio ambiente y nuestra economía. Por eso se recomienda desconectar de la corriente el enchufe del televisor, o conectarlo a un enchufe con interruptor y apagarlo cuando no se esté viendo. Así con cualquier electrodoméstico de la casa.

Ordenador portátil

Tener unificados prácticamente todos los elementos tiene ventaja. Si en el ordenador de mesa hay que alimentar de manera separada la CPU, la pantalla, el teclado, los altavoces, etc., en el portátil va todo unido en un cable. Además lo habitual es que las pantallas de éste último sean más pequeñas que las que se conectan de manera individual.

Batidora y exprimidor

Generalmente, los aparatos electrónicos cuya función se limita a una fuerza mecánica, requieren de menos electricidad que los que, por ejemplo, producen calor. De esta forma, en la cocina, encontramos electrodomésticos que consumen más como la tostadora o, por supuesto, el robot de cocina.

El bajo consumo del frigorífico

El caso de los frigoríficos es un claro ejemplo de electrodoméstico que gasta mucha electricidad pero cuya eficiencia energética es muy alta. Éste requiere de poca potencia para funcionar pero todos los meses, con casi total seguridad, será el aparato que más repercuta en la factura de la luz. Esto se debe a que siempre está encendido, las 24 horas en los 365 días del año. Prácticamente está activo desde que se compra hasta que deja de funcionar años después.